miércoles, 28 de diciembre de 2011

HISTORIA VERDADERA DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA Parte 16


Bernal cuenta que después de su primer gran batalla con los tlaxcaltecas, los jinetes que Cortés había mandado a revisar el terreno regresaron con prisioneros que se encontraron en el camino; A través de doña Marina y de Jerónimo de Aguilar les dijeron que fueran a hablar a sus señores principales para decirles que no querían dañarlos, al contrario pues su intención era llegar a Tenochtitlán para hablar con Montezuma. Así se hizo y los mensajeros regresaron poco tiempo después para decirle que Xicotenga decía que harían las paces con sus corazones y sangre sacrificados a sus dioses y que tenía un ejército aún más grande que con el cual lo habían atacado días anteriores.
El ejército del que hablaba Xicotenga era integrado por grandes señores principales como son Maxixcatzin, Chichimecatecuhtli, Tecpanecatl[1]; sumando los guerreros de cada principal reunían un ejército de 50 000 hombres.



El 5 de Septiembre de 1519 se enfrentaron españoles y tlaxcaltecas; Bernal cuenta que cuando se alistaron y comenzaron a caminar hacia el lugar donde se encontraban los tlaxcaltecas pudieron ver a lo lejos a miles de hombres vestidos con sus penachos y dando muchos gritos.
Por la experiencia de la batalla pasada sabían que no se tenían que separar pues eran menos y estaban algunos todavía heridos por lo tanto los jinetes tuvieron un papel muy importante en esta batalla pues avisaban cuando se acercaban los tlaxcaltecas y el lugar por el cual lo hacían.
En esta batalla según se enteraron después Cortés y sus hombres, los señores principales tenían sus diferencias por eso los guerreros tlaxcaltecas no se pusieron de acuerdo para atacar y la forma de hacerlo, por lo tanto esto benefició a que fueran muertos y heridos muchos; ya no peleaban con ánimo cuenta Bernal y se retiraban. Cortés y sus soldados se alegraron mucho cuando vieron el daño que les estaban causando y por lo tanto se retiraban.



Después de esta batalla, los tlaxcaltecas estaban muy abatidos por la muerte de sus hijos y sus guerreros, así que decidieron reunir a sus papas (hechiceros) para que les dijeran si era verdad lo que decían los indios de Cempoal (que los españoles eran como demonios y comían corazones y sangre); después de platicar los papas dijeron a los principales tlaxcaltecas que no era cierto, que Cortés y sus soldados eran hombres de carne y hueso, que comían carne, gallina y pan, solo que se equivocaron al decir que las fuerzas las tenían de día, por lo tanto si eran atacados de noche no podrían defenderse.
Cuando Xicotenga se enteró de esto se alegró y se apresuró a reunir a su ejército para poder atacar lo antes posible de noche y así lo hizo.
Por otro lado Bernal cuenta que por el frio que ellos pasaban tenían que dormir vestidos y con su armadura pues no estaban preparados para ese clima, al contrario ya habían enfermado muchos, incluso el mismo Cortés. El hecho de haber estado vestidos durante la noche les ayudó a poder defenderse del ataque nocturno de Xicotenga pues por muy silenciosos que quisieron ser no lo lograron y ya los esperaban para defenderse.
A pesar de que esta fue otra victoria para los españoles, se preguntaban si iban a poder seguir así pues tenían muchos heridos y enfermos, incluso los caballos ya no estaban bien para más batallas por lo tanto su opción era seguir insistiendo en mensajeros para lograr la paz entre ellos y los tlaxcaltecas. Incluso ya dudaban de si podrían llegar a ver a Montezuma.
Xicotenga al ser derrotado también de noche se molestó tanto que cuenta Bernal que sacrificó a dos de los papas que le habían dicho que el sol le daba poderes a Cortés y a sus soldados.



Bernal habla sobre el gran papel que hizo doña Marina en esta parte del viaje; comenta que tenía un esfuerzo muy varonil y nunca vieron flaqueza en ella.


[1] Cuando Hernán Cortés solicitó a los tlaxcaltecas permiso para pasar por su territorio rumbo a Tenochtitlan, mediante la embajada de cuatro principales zempoaltecas, la mayor oposición a dejarlos pasar provino de Xicohténcatl Axayacatzin y Xicohténcatl el viejo, argumentando en el Senado que el vaticinio de la llegada de los hombres blancos y barbados podía ser un engaño y que esos caminantes del oriente, tal vez no fueran los que esperaban como lo predecía la famosa profecía del regreso de Quetzalcóatl y la profecía del Dios Camaxtli. Este discurso, contrario a la opinión de Maxixcatzin, señor de Ocotelulco, decidió los enfrentamientos con los españoles, los cuales le serían adversos a la República.

martes, 27 de diciembre de 2011

ORDEN DE CARMELITAS DESCALZOS



La Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (también llamada Orden de los Carmelitas) es una orden religiosa que surgió alrededor del Siglo XII, cuando San Bartolo del Monte Carmelo y un grupo de ermitaños, inspirados en el profeta Elías, se retiraron a vivir en el Monte Carmelo, considerado el jardín de Palestina ("Karmel" significa "jardín").
Del profeta Elías han heredado la pasión ardiente por el Dios vivo y verdadero[cita requerida], lo que se ve reflejado en el lema de su escudo: ZELO ZELATUS SUM PRO DOMINO DEO EXERCITUUM (Me consume el celo por el Señor, Dios de los Ejércitos, 1Reyes 19:14.
En medio de las celdas construyeron una iglesia, que dedicaron a su patrona, la Virgen María, a quien veneran como Nuestra Señora del Carmen. Tomaron así el nombre de "Hermanos de Santa María del Monte Carmelo" (en latín Ordo fratrum Beatissimæ Virginis Mariæ de Monte Carmelo).

El Escapulario

Según la tradición, el domingo 16 de julio de 1251, la Virgen María se apareció en Cambridge, Inglaterra, a San Simón Stock, a quien entregó el Escapulario del Carmen.

ORIGEN DE LA ORDEN Y SU DESARROLLO
HASTA EL SIGLO XV
Opiniones sobre el origen de la Orden.
Históricamente el origen de la Orden no puede determinarse con certeza absoluta. Dos opiniones hay acerca de este punto: la tradicional y la moderna.
a) Opinión tradicional . Fue común en la Orden desde el siglo XIV. Muy pocos son los que actualmente la sostienen. Según estos autores nuestra Orden fue fundada por el Profeta Elías y desde entonces ha existido sin interrupción. Tres períodos se distinguen en su historia:
- Profético : en el Antiguo Testamento
- Griego : hasta la primera mitad del siglo XII
- Latino : desde el siglo XII a nuestras días.
Se  propone a Elías como fundador de la Orden, interpretando alegóricamente el pasaje del libro 1 de los Reyes, c. 17, 2 ss.
“Y vino la palabra de Dios a El (Elías), diciéndole:
“vete de aquí”: vida pobre;
“y parte hacia el Oriente”: vida de abnegación, mortificación, soledad y continencia;
“y escóndete en el torrente Carith”: ejercicio de caridad para con Dios y para con el prójimo;
“y allí beberás del torrente” consecución del fin; he ordenado a unos cuervos que te alimenten allí”: perseverancia en la vida eremítica.
Después de haber examinado las dos opiniones acerca del origen de la Orden del Carmen podemos concluir :
- Es una cosa cierta que Elías y Eliseo vivieron en el Monte Carmelo.
- Lo es, igualmente, que los Padres de la Iglesia tuvieron al Profeta de fuego y a S. J. Bautista como los iniciadores del monaquismo. 



Origen de la fundación de los Carmelitas en México

Felipe II, movido por el celo de las almas y para cumplir con la obligación que tenía de enviar misioneros a las Indias, viendo en los descalzos las cualidades necesarias para esta labor, manifestó “a nuestro V. Padre Fr. Juan de la Cruz y al P. Jerónimo Gracián que era Provincial entonces y a otros prelados de la Religión, que sería servicio de
Nuestro Señor y gusto suyo que viniesen..., a fundar a la N. España, ofreciéndoles que él les haría la costa y les sería amparo en aquellas tierras”
Primeros Carmelitas en la Nueva España.
Según dijimos, el Capítulo de Lisboa acordó enviar doce religiosos a N. España. En la patente que se dio se nombran los siguientes: F. Juan de la Madre de Dios, que venia como Vicario Provincial, F. Pedro de S. Hilarión, F. Ignacio de Jesús, el hno. Fr. Ángel, Fr. Bernardo, Fr. José de Jesús Maria, Fr. Anastasio de la Madre de Dios, Fr. Diego de Santiago, Fr. Pedro de los Apóstoles y Fr. Arsenio de S. Ildefonso.
Los que de hecho llegaron a México fueron los siguientes :
1) Fr. Juan de la Madre de Dios, natural de Medina Sidonia. Docto, elocuente y muy de Dios. Murió en Calatayud (España) el 10 de mayo de 1606.
2) Fr. Pedro de S. Hilarión, de Valdepeñas. Tomó el hábito en la Peñuela. Fue discípulo de 5. Juan de la Cruz. Murió en México en 1615.
3) Fr. Pedro de los Apóstoles, de Bonilla. En tres ocasiones gobernó la Provincia. Murió en México en 1630.
4) Fr. Ignacio de Jesús, de Toledo. Volvió a España muy pronto y allá murió.
5) Fr. Francisco Bautista de la Magdalena, de Puerto Alegre (Portugal), fue el primero que murió en México.


viernes, 23 de diciembre de 2011

HISTORIA VERDADERA DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA Parte 15


Después de que Cortés decidió ir a Tlaxcala mandó a dos mensajeros a hablar con los principales del pueblo pues sabía que no los iban a recibir bien pues pensaban que eran vasallos de Montezuma. En el mensaje que les mandó les decía que iba con ellos para hablarles sobre un gran rey del que eran vasallos, que iban como amigos y no como enemigos. Bernal cuenta que cuando llegaron los mensajeros a Tlaxcala no les dieron oportunidad de dar el mensaje pues los mandaron prender.

Tlaxcala

El día que estaba planeada su partida a Tlaxcala llegaron los mensajeros que tenían presos diciendo cómo los habían soltado porque estaban en guerra los de Tlaxcala. Platicaron de las amenazas que les hicieron de matarlos y comérselos pues pensaban que eran amigos de Montezuma; aunque los mensajeros trataron de aclararles que querían ser sus amigos y que iban contra los de México estos no les creyeron. De esta forma Cortés decidió ir preparado para la guerra pues sabía que lo atacarían al llegar a Tlaxcala.
Bernal cuenta que la razón por la que Cortés siempre los llevaba listos para la guerra era porque les repetía que eran pocos, que no podían darse el lujo de estar descuidados y de ser atacados, sino que tenían que estar tan alertas como si ya estuvieran en batalla pues a la primer oportunidad serían acabados si bajaban la guardia.
Camino a Tlaxcala fue cuando Cortés y sus soldados se percataron de la gran rivalidad que existía entre mexicanos y tlaxcaltecas pues vieron las construcciones en los alrededores de Tlaxcala para defender su ciudad de Montezuma.
Ya cuando estaban cerca de Tlaxcala vieron a unos tlaxcaltecas que los espiaban y Cortés mandó a unos de los que llevaba con él a que los siguieren y detuvieran a alguno. Todos los soldados se apresuraron y vieron como los esperaban ya guerreros con sus penachos y los empezaron a atacar. Los que fueron perseguidos por los de caballo no siguieron corriendo sino que se detuvieron e hirieron a los caballos.
Cuando los soldados vieron el daño que se les estaba haciendo a ellos y a sus caballos empezaron a atacar con escopetas y ballestas; empezaron a matar tlaxcaltecas.

Guerreros tlaxcaltecas.

Después de esta primer batalla entre Cortés y los tlaxcaltecas no hubo muchos heridos ni de unos ni de otros. Los tlaxcaltecas huyeron y los españoles durmieron en ese lugar haciendo guardias.
Al otro día Cortés y sus soldados comenzaron a avanzar, cuando llevaban un tramo avanzado de terreno, vieron a muchos guerreros tlaxcaltecas que los empezaron a atacar; a pesar de que Cortés había mandado mensajeros diciéndoles que no querían pelear, los tlaxcaltecas siguieron atacando.
Cuando atacaron a los tlaxcaltecas, mataron a muchos y se fueron escondiendo y tratando de huir.

Bernal cuenta que huían los tlaxcaltecas hacia el lugar en donde se encontraba su capitán general Xicotenga[1], en este lugar Cortés no podía atacar con caballos pues no había forma de que pasaran, la batalla en este lugar fue más complicada pues no quería romper las filas de sus soldados pues sabía que habría desventaja si no llevaba con ellos los caballos.

 Xicotenga
 
Cuenta Bernal que los tlaxcaltecas quisieron ir por caballos y matarlos, entonces se reunieron muchos de ellos y atacaron a una yegua con su jinete logrando matarla, y si no hubiera sido por los otros jinetes no hubieran podido salvar al que cabalgaba  a esta yegua, al parecer el miedo a los caballos había quedado atrás.
La batalla se llevó a cabo en Tehuacingo y se llevó a cabo el 2 de Septiembre de 1519. Murieron muchos tlaxcaltecas pero cuenta Bernal que se los llevaban después de muertos y es por esto que no los pudieron ver en el campo tendidos.


[1] Xīcohténcatl Āxāyacatzin (1484 - 12 de mayo de 1521) fue un guerrero tlaxcalteca nacido en Tizatlán, uno de los cuatro señoríos de Tlaxcallan o nación tlaxcalteca —actual territorio del estado de Tlaxcala, en México—, combatió a los conquistadores españoles y se opuso a la alianza con ellos durante la conquista de Tenochtitlan. Su nombre alude al jicote (xīcoh-) y a los huevos de insecto (ā-xāyaca-) usados como comida que se encontraban junto al lago Texcoco. Los cronistas de Indias transcribieron su nombre como Xicotenga y lo llamaron «el Mozo» para distinguirlo de su padre, el señor de Tizatlán.
Nace en Tizatlán el año de 1484, perteneciente al señorío de Tlaxcallan, su padre era Xicohténcatl el viejo. Enemigo acérrimo de los españoles, votó por combatirlos y los atemorizó enfrentándolos con su ejército en 1519. Su nombre del náhuatl significa Xicohténcatl (labios de jicote) y Axayacatzin (carita de agua dulce").
Cuando Hernán Cortés solicitó a los tlaxcaltecas permiso para pasar por su territorio rumbo a Tenochtitlan, mediante la embajada de cuatro principales zempoaltecas, la mayor oposición a dejarlos pasar provino de Xicohténcatl Axayacatzin y Xicohténcatl el viejo, argumentando en el Senado que el vaticinio de la llegada de los hombres blancos y barbados podía ser un engaño y que esos caminantes del oriente, tal vez no fueran los que esperaban como lo predecía la famosa profecía del regreso de Quetzalcóatl y la profecía del Dios Camaxtli. Este discurso, contrario a la opinión de Maxixcatzin, señor de Ocotelulco, decidió los enfrentamientos con los españoles, los cuales le serían adversos a la República.

martes, 20 de diciembre de 2011

Orden Dominicana u orden de predicadores



Es una orden mendicante de la Iglesia católica fundada por Domingo de Guzmán en Toulouse durante la Cruzada albigense, y confirmada por el papa Honorio III el 22 de diciembre de 1216.
La orden dominica se destacó en el campo de la teología y doctrina al abrigo de figuras como Alberto Magno o Tomás de Aquino, muchos miembros de la orden tomaron parte de la Inquisición medieval.
El fundador de la Orden de Predicadores fue santo Domingo de Guzmán, quien al ver al avance de los albigenses en el sur de Francia decidió dedicarse a la predicación para atraer de nuevo a la Iglesia a los que habían seguido el movimiento heterodoxo. Primero se organizó la rama femenina en Prulla en 1206 luego el movimiento masculino que se llamó la Santa Predicación. En año de 1215 el papa Inocencio III aprobó de palabra la orden y al año siguiente Honorio III la confirmó. El mismo Honorio le dio el nombre de Predicadores en 1217. Los miembros de la comunidad son también conocidos como dominicos por el juego de palabras: dominus canis que significa los perros guardianes del rebaño del señor, ya que Gregorio IX nombró a los frailes predicadores como inquisidores generales, por su conocimiento profundo de la teología.
El carisma de la Orden de Predicadores es “contemplar para compartir lo contemplado”. Sus elementos constitutivos son la oración, el estudio, la liturgia, la vida en común y la predicación. La principal advocación mariana de los dominicos es la Virgen del Rosario, quienes tienen a su cargo a nivel mundial esta cofradía y han impulsado su rezo por todo el mundo.

La Orden de Predicadores tiene tres ramas: los frailes, las monjas y los seglares, que inicialmente fueron una orden militar conocida como la Milicia de Cristo y luego se transformó en un movimiento penitencial, también llamado Tercera Orden.

Su hábito es blanco y consiste en un alba o túnica, una capilla con capucha (conocida también como esclavina), un escapulario y un rosario de 15 misterios sujeto al cinto; y, para el invierno, capa de color negro. Hasta entrado el siglo XX, era común que llevaran tonsura, lo que hoy no se practica más.



Los dominicos en América

El siglo XVI representó un renacimiento de la Orden de Predicadores por el triunfo del movimiento reformado que se enlazó con la evangelización de infinidad de sitios en América. Los dominicos llegaron a La Española en 1510 encabezados por fray Pedro de Córdoba. Al año siguiente fray Antón de Montesinos explicó su sermón contra la encomienda, tomando una posición a favor de los derechos de los indígenas, que fue una de las características de los dominicos. Quienes lograron en 1512 las leyes de Burgos que fueron las primeras en regular las relaciones entre españoles e indígenas.
Fray Francisco de Vitoria mostró que los argumentos más conocidos para justificar la conquista era inválidos. Siguiendo a Vitoria los dominicos crearon una escuela muy importante de teólogos como fray Domingo Soto y fray Melchor Cano.