martes, 12 de junio de 2012

HISTORIA VERDADERA DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA Parte 29


Esta entrada es la continuación de la entrada anterior que habla sobre la visita de Cortés y sus soldados a uno de los templos principales dedicado al dios Huitzilopochtli.
Cuenta Bernal que Cortés le dijo a fray Bartolomé de Olmedo “Paréceme, señor padre que será bien que demos un tiento a Montezuma sobre que nos deje hacer aquí nuestra iglesia”… pero fray Bartolomé le contestó que no era cosa convenible hablar en tal tiempo pues se dio cuenta de la importancia que tenía este templo para los mexicas.
Hernando Cortés le dijo a Montezuma a través de doña Marina: “MUY GRAN SEÑOR es vuestra merced y de mucho más es merecedor, hemos holgado de ver vuestras ciudades, lo que os pido por merced, que pues estamos aquí en vuestro templo, que nos mostréis vuestros dioses y teules”. Los hizo pasar a una tipo sala donde había dos altares y en cada uno estaban dos bultos altos y gordos; el primero a mano derecha era uichilobos su dios de la guerra –cara y rostros muy anchos, los ojos deformes y “espantables: el cuerpo cubierto de pedrería, en una mano un arco, en la otra flechas- junto a él estaba otro ídolo pequeño que decían era su paje.
Uichilobos tenía puesto al cuello unas caras de indios y corazones (de oro y plata) y en el altar había unos braseros con incienso y tres corazones de indios que aquél día habían sacrificado.



Del lado izquierdo de la sala estaba el otro bulto, con rostro como de oso y unos ojos que relumbraban, el cuerpo con piedras como uichilobos porque decían que eran hermanos[1] y este era Tezcatepuca[2] dios de los infiernos y tenía cargo de los animales de los mexicas. Había cinco corazones de indios sacrificados en su altar.


Tezcatepuca

El tercer dios en el templo mitad hombre-mitad lagarto decían que estaba lleno de todas las semillas que había en toda la tierra.
Cuenta Bernal que Cortés le dijo a Montezuma como medio riendo “señor Montezuma: no sé yo como un tan gran señor y sabio varón como vuestra merced es, no haya colegido en su pensamiento cómo no son estos vuestros ídolos dioses, sino cosas malas que se llaman diablos, y para que vuestra merced lo conozcan  todos sus papas lo vean claro, hacedme una merced: que hayáis por bien que en lo alto de esta torre pongamos una cruz, y en una parte de estos adoratorios, donde están vuestros uichilobos y Tezcatepuca, haremos un apartado donde pongamos una imagen de nuestra señora y veréis el temor que de ello tienen esos ídolos que os tienen engañados.”
Montezuma respondió “Señor Malinche: si tal deshonor como has dicho creyera que habías de decir, no te mostrara mis dioses. Estos tenemos por muy buenos, y ellos nos dan salud y aguas y buenas sementeras y temporales y victorias cuantas queremos; y los tenemos de adorar y sacrificar; lo que os ruego es que no se diga otras palabras en su deshonor”.
Al ver molesto a Montezuma lo único que dijo Cortés fue “Hora es que vuestra merced y nosotros nos vamos”. Dicho esto Montezuma respondió que ahora él tenía que rezar y hacer ciertos sacrificios en recompensa del gran tatacul[3] que había hecho en dejarlos subir en su gran cu, y el gran deshonor que le hicieron en hablar mal de sus dioses, que antes de que Cortés se fuese lo había de rezar y adorar a lo que este respondió “Pues que así sea, perdone señor.”


Etapas constructivas del Templo Mayor de Tlatelolco.[4]

Describe el lugar donde estaba ubicado ese adoratorio y dice que en los cimientos echaron oro, plata y piedras. Esto lo supo Bernal porque cuenta que cuando ganaron propusieron que ahí se hiciera la iglesia de su patrón el Sr. Santiago[5] y cuando la hicieron hallaron mucho oro, plata, perlas y otras piedras.



Díaz del Castillo menciona que siempre llamó a ese lugar el infierno porque aparte del templo de Uichilobos, afuera tenían otros bultos ensangrentados y era el lugar en donde cocinaban la carne de los indios sacrificados.



[1] Ometéotl, el creador, el principio dual, masculino y femenino, en la cultura nahua, viviendo en el decimotercero cielo, engendró cuatro hijos: el primero fue Xipe Tótec (Tezcatlipoca rojo o Camaxtle), el segundo fue Tezcatlipoca (Tezcatlipoca negro), el tercero fue Quetzalcóatl (Tezcatlipoca blanco), y al cuarto le llamaron Huitzilopochtli (Tezcatlipoca azul o colibrí zurdo).
[2] Tezcatlipoca "espejo negro por el humo" o "espejo humeante", en la cultura nahua (mexicas y otros pueblos mesoamericanos de habla náhuatl), es el señor del cielo y de la tierra, fuente de vida, tutela y amparo del hombre, origen del poder y la felicidad, dueño de las batallas, omnipresente, fuerte e invisible. Entre los nahuas, Quetzalcóatl y Tezcatlipoca son dualidad y antagonía. Quetzalcóatl es llamado también Tezcatlipoca blanco en tanto que el color de Tezcatlipoca es el negro.
[3] Pecado.
[4] http://www.mexicomaxico.org/Tenoch/Tenoch3.htm
[5] La iglesia de Santiago Tlatelolco fue erigida después de la conquista del 13 de agosto de 1521, los vencedores eligieron el lugar donde los mexicas habían resistido los embates militares por más de 80 días.
En enero de 1522, Hernán Cortés decidió la construcción de la ciudad de México y al mismo tiempo borrar toda huella que recordara la grandeza de los vencidos. Designó a Tlatelolco como señorío de indígenas bajo el mando de Cuauhtémoc y el nombre de Santiago.
En 1527 se inauguró la primera iglesia en Tlatelolco, la cual fue construida con las piedras del Templo Mayor prehispánico. La iglesia se dedicó a Santiago, el santo patrono de las huestes de Cortés, y quedó al cuidado de los franciscanos. La misión principal de los misioneros fue educar a los indígenas, por lo que en 1536 fundaron el Colegio de la Santa Cruz en Tlatelolco.
En el colegio sobresalió el trabajo de frailes como Andrés de Olmos, Bernardino de Sahagún, Amoldo de Basaccio y Juan Badiano de origen indígena, quien elaboró el Códice que lleva su nombre y que trata sobre la herbolaria mexicana; sin embargo, debido a fenómenos como inundaciones y epidemias, además de la falta de recursos, fue clausurado a fines del siglo XVIII.
En un principio la iglesia era de una sola nave y para 1540, como lo menciona Motolinía, ya "tenía tres naves", lo que indica que era la segunda edificación. En 1573 se inició la tercera construcción bajo la dirección de Fray Francisco de Gamboa, la cual aparentemente tardó mucho tiempo.
A finales del siglo XIX, cuando Porfirio Díaz impulsó el desarrollo de los ferrocarriles, el entorno de la iglesia fue modificado, pues en el terreno Norte se instalaron patios, vías, bodegas y áreas para la descarga de los trenes. En la parte Noreste de Tlatelolco se construyó la Aduana del pulque, edificio que actualmente controla la Secretaría de Relaciones Exteriores.
http://www.tlatelolco.inah.gob.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=51&Itemid=84

No hay comentarios:

Publicar un comentario