Después de que Cortés decidió ir a Tlaxcala mandó a dos mensajeros a hablar con los principales del pueblo pues sabía que no los iban a recibir bien pues pensaban que eran vasallos de Montezuma. En el mensaje que les mandó les decía que iba con ellos para hablarles sobre un gran rey del que eran vasallos, que iban como amigos y no como enemigos. Bernal cuenta que cuando llegaron los mensajeros a Tlaxcala no les dieron oportunidad de dar el mensaje pues los mandaron prender.
Tlaxcala
El día que estaba planeada su partida a Tlaxcala llegaron los mensajeros que tenían presos diciendo cómo los habían soltado porque estaban en guerra los de Tlaxcala. Platicaron de las amenazas que les hicieron de matarlos y comérselos pues pensaban que eran amigos de Montezuma; aunque los mensajeros trataron de aclararles que querían ser sus amigos y que iban contra los de México estos no les creyeron. De esta forma Cortés decidió ir preparado para la guerra pues sabía que lo atacarían al llegar a Tlaxcala.
Bernal cuenta que la razón por la que Cortés siempre los llevaba listos para la guerra era porque les repetía que eran pocos, que no podían darse el lujo de estar descuidados y de ser atacados, sino que tenían que estar tan alertas como si ya estuvieran en batalla pues a la primer oportunidad serían acabados si bajaban la guardia.
Camino a Tlaxcala fue cuando Cortés y sus soldados se percataron de la gran rivalidad que existía entre mexicanos y tlaxcaltecas pues vieron las construcciones en los alrededores de Tlaxcala para defender su ciudad de Montezuma.
Ya cuando estaban cerca de Tlaxcala vieron a unos tlaxcaltecas que los espiaban y Cortés mandó a unos de los que llevaba con él a que los siguieren y detuvieran a alguno. Todos los soldados se apresuraron y vieron como los esperaban ya guerreros con sus penachos y los empezaron a atacar. Los que fueron perseguidos por los de caballo no siguieron corriendo sino que se detuvieron e hirieron a los caballos.
Cuando los soldados vieron el daño que se les estaba haciendo a ellos y a sus caballos empezaron a atacar con escopetas y ballestas; empezaron a matar tlaxcaltecas.
Guerreros tlaxcaltecas.
Después de esta primer batalla entre Cortés y los tlaxcaltecas no hubo muchos heridos ni de unos ni de otros. Los tlaxcaltecas huyeron y los españoles durmieron en ese lugar haciendo guardias.
Al otro día Cortés y sus soldados comenzaron a avanzar, cuando llevaban un tramo avanzado de terreno, vieron a muchos guerreros tlaxcaltecas que los empezaron a atacar; a pesar de que Cortés había mandado mensajeros diciéndoles que no querían pelear, los tlaxcaltecas siguieron atacando.
Cuando atacaron a los tlaxcaltecas, mataron a muchos y se fueron escondiendo y tratando de huir.
Bernal cuenta que huían los tlaxcaltecas hacia el lugar en donde se encontraba su capitán general Xicotenga[1], en este lugar Cortés no podía atacar con caballos pues no había forma de que pasaran, la batalla en este lugar fue más complicada pues no quería romper las filas de sus soldados pues sabía que habría desventaja si no llevaba con ellos los caballos.
Xicotenga
Cuenta Bernal que los tlaxcaltecas quisieron ir por caballos y matarlos, entonces se reunieron muchos de ellos y atacaron a una yegua con su jinete logrando matarla, y si no hubiera sido por los otros jinetes no hubieran podido salvar al que cabalgaba a esta yegua, al parecer el miedo a los caballos había quedado atrás.
La batalla se llevó a cabo en Tehuacingo y se llevó a cabo el 2 de Septiembre de 1519. Murieron muchos tlaxcaltecas pero cuenta Bernal que se los llevaban después de muertos y es por esto que no los pudieron ver en el campo tendidos.
[1] Xīcohténcatl Āxāyacatzin (1484 - 12 de mayo de 1521) fue un guerrero tlaxcalteca nacido en Tizatlán, uno de los cuatro señoríos de Tlaxcallan o nación tlaxcalteca —actual territorio del estado de Tlaxcala, en México—, combatió a los conquistadores españoles y se opuso a la alianza con ellos durante la conquista de Tenochtitlan. Su nombre alude al jicote (xīcoh-) y a los huevos de insecto (ā-xāyaca-) usados como comida que se encontraban junto al lago Texcoco. Los cronistas de Indias transcribieron su nombre como Xicotenga y lo llamaron «el Mozo» para distinguirlo de su padre, el señor de Tizatlán.
Nace en Tizatlán el año de 1484, perteneciente al señorío de Tlaxcallan, su padre era Xicohténcatl el viejo. Enemigo acérrimo de los españoles, votó por combatirlos y los atemorizó enfrentándolos con su ejército en 1519. Su nombre del náhuatl significa Xicohténcatl (labios de jicote) y Axayacatzin (carita de agua dulce").
Cuando Hernán Cortés solicitó a los tlaxcaltecas permiso para pasar por su territorio rumbo a Tenochtitlan, mediante la embajada de cuatro principales zempoaltecas, la mayor oposición a dejarlos pasar provino de Xicohténcatl Axayacatzin y Xicohténcatl el viejo, argumentando en el Senado que el vaticinio de la llegada de los hombres blancos y barbados podía ser un engaño y que esos caminantes del oriente, tal vez no fueran los que esperaban como lo predecía la famosa profecía del regreso de Quetzalcóatl y la profecía del Dios Camaxtli. Este discurso, contrario a la opinión de Maxixcatzin, señor de Ocotelulco, decidió los enfrentamientos con los españoles, los cuales le serían adversos a la República.
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