Cuando Xicotenga fue a ver Cortés para hacer las paces le explica que la razón por la que no habían aceptado anteriormente sus mensajes de amistad era porque Montezuma solía hacer ese tipo de engaños para poder adentrarse en sus tierras y que había veces que no podían obtener comida por la invasión de los mexicanos, incluso se quedaron sin riqueza pues se había entregado anteriormente a Montezuma para hacer las paces.
Cuenta Bernal que Xicotenga dio muchas quejas a Cortés de Montezuma y los mexicanos y ahora sabía que ellos querían ser amigos y no tendrían que estar siempre con sobresaltos de ataques de México. Invitó a Cortés a su ciudad pues le dijo que los otros señores principales lo esperaban; éste contestó que iría con agrado pero que a pesar de que les perdonaba los ataques que les hicieron, si volvían a hacerlo no los perdonaría y destruiría su ciudad; Xicotenga y sus acompañantes aseguraron que no volverían a atacarlos.
Los mensajeros de Montezuma que estaban con Cortés escucharon todo lo que dijo Xicotenga y cuando éste se fue les dijeron a Cortés y a sus hombres que no les creyeran pues eran mentiras, que los tlaxcaltecas esperarían a que todos estuvieran en su ciudad y los atacarían. Cortés les contestó muy seriamente diciéndoles que si eso era verdad que no lo preocupaba pues él les había advertido que de hacerlo los mataría y por lo tanto si estaba dispuesto a ir a Tlaxcala; Cortés les dijo esto pero no sabía si era verdad lo que le dijeron y se quedó preocupado.
Xicotenga y Cortés
Cuenta Bernal que como pasaban los días y Cortés no iba a Tlaxcala los principales les mandaban comida y ropa para demostrarles que si estaban de paz y también Montezuma mandó de nuevo regalos de oro y ropa cuando se enteró que fueron invitados por los tlaxcaltecas a su ciudad y les mandó decir que no les creyeran pues solo querían llevarlos a su ciudad para matarlos y robarles pues eran muy pobre. Cuando Cortés iba a contestarle se enteró que todos los señores principales y papas de Tlaxcala iban camino a verlo para después llevarlos a su ciudad.
Cuando llegaron todos los señores principales de Tlaxcala a ver a Cortés, Xicotenga el viejo le dijo a Cortés que era verdad lo que le habían dicho sus mensajeros previos pues en verdad querían la paz con él y que estaba seguro que los mensajeros mexicanos le habían inventado cosas sobre ellos pues solían hacerlos y que era la razón por la cual no habían querido ir a Tlaxcala. (También cuenta Bernal que Xicotenga el viejo y todos los tlaxcaltecas llamaron a Cortés “Malinche[1]”).
Cortés le contestó que si no había ido a Tlaxcala no era por cosas que hayan inventado los mexicanos sino porque no tenían como llevar todas sus cosas con ellos pues no tenían quien las cargara, a lo que Xicotenga contestó que el mandaría llamar hombres que les cargaran sus cosas.
Bernal cuenta que estuvieron 24 días en Tlaxcala y que llegaron a esta ciudad el 23 de septiembre de 1519.
Cuando entraron en Tlaxcala fueron recibidos por todos los papas de la ciudad, así como por los señores principales que se habían adelantado para que todo estuviera listo a su llegada. Cuenta Bernal que todo lo tenían tan preparado para que se sintieran a gusto en su ciudad que incluso les daban ropas hechas de henequén pues no contaban con algodón como los mexicanos.
Cuenta Bernal que Xicotenga el viejo y otros señores principales se enojaron con Cortés pues se dieron cuenta de que no dejaban sus armas y estaban muy desconfiados de ellos y le dijo que o los tiene por enemigos o no confían en ellos a pesar de la paz que le estaban mostrando, a lo que Cortés contestó que no era por ellos, que él solía siempre estar preparado para la batalla pero que si les agradecía la amistad que les ofrecían y todo lo que hacían por ellos.
[1] Malinche es el nombre que los indígenas dieron a Cortés, debido a su cercanía a Malinalli, el verdadero nombre de la Malinche. Malinalli es una paja, una liana torcida que se utilizaba en la construcción de casas, pero también era un signo astrológico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario