viernes, 6 de enero de 2017

Gritos

Hoy nuestra realidad exige que nuestros esfuerzos se dirijan con todo su empeño en poder explicarnos el por qué suceden de cierta manera los hechos que vemos diariamente, todo empeño por descubrirnos no es otra cosa que un empeño que surge de la vida misma, pues para la vida no existen distinciones económicas, raciales, ni alguna otra distinción que no sea ella misma. Hoy debemos hacer un alto en nuestro acontecer y debemos, como seres humanos, reflexionar nuestra condición, cada uno desde nuestro acontecer, cada uno desde nuestro lugar en el mundo.
El acontecer de un México sumido en la desesperación, el hambre, la indignación, rabia, etc. Ha hecho despertar un grito furioso que exige Libertad, es decir, la posibilidad de preservar la vida. El nuestro, es un grito que, desde lo más profundo del ser humano, surge para no ser silenciado jamás. La Historia es la historia de aquellos gritos que surgen cuando unos cuantos anteponen su pequeña ilusión a cambio de la vida de los demás. 
Sí, nuestro himno nacional comienza con un llamado a la guerra pero ¿a qué guerra se refiere? A la guerra que cada día de nuestra vida debemos enfrentar, contra las ilusiones que, en nuestro contexto, son dominadas por ideas que giran en torno al capital. Nuestros niños desde su corta edad persiguen aquella ilusión de conseguir lo que el capital nos promete al someter nuestra voluntad a su voluntad, nuestros niños viven buscando la ilusión de un hombre feliz antes que un hombre Libre, la ilusión nos dice que quién es feliz con una casa blanca o con cientos de millones en un banco entonces es un hombre libre, nada más alejado de la realidad. 
La guerra es una guerra contra nosotros mismos, contra aquellos engaños que surgen de una falsa idea de bien estar, en la que fácilmente nos vemos deslumbrados por sus discursos que promueven el odio a los demás y no el reconocimiento del ser humano que al igual que nosotros está vivo y busca su Libertad. Hoy los discursos “políticos” giran en torno a conceptos vacíos, que como he dicho antes, buscan el odio, la competencia y en un último momento la valorización de cada uno de nosotros, con esto quiero decir que, así como el capital exige, si acatamos lo que aquellos discursos nos indican, por lo cual tenemos un cierto valor que tiene como finalidad la diferenciación y el deseo de destacar de entre todos los demás. 
Odiamos tanto a los demás pues no reconocemos en el otro al ser que es Libre, por el contrario, lo reconocemos como aquél que intenta ser mejor que yo, aquél que vale más o menos que yo, debemos seguir la doctrina del odio, las ideas raciales, de género, económicas, tienen en el fondo la valorización que se da por discursos los cuales se convierten al final en leyes. Dejemos de buscar ilusiones, no existe el hombre ideal perfecto, existimos humanos destinados a luchar por nuestra vida.

Hoy debemos gritar fuerte, un grito de guerra, una guerra que en que el enemigo somos nosotros mismos.